Hoy entrevistamos a Mer, que se define como compositora, productora y bajista de profesión así como punki m4r1c0n4 mamarracha en su tiempo libre. Considera que el trabajo de audio es una forma de conseguir que la música se difunda y perdure en el tiempo así que le gusta hacer esto posible dentro de las lógicas punkis, es decir, autogestionadas y anticapitalistas. Actualmente puedes encontrarla a los mandos de La Jabalina, un estudio conformado por productoras FLINTA (sin hombres cis) donde realiza labores de producción musical a precios populares.
Seguramente te suene Mer de proyectos musicales tan diversos como Las Moskito, Mis Amigas Fuman Todas, Bragas Ponte o Sabandija Mala Muerte; pero tal vez desconozcas su faceta como productora, y es por eso estamos aquí. La apertura de La Jabalina en el Casal de Joves de Can Ricart del barrio de Poblenou en Barcelona no nos ha dejado indiferentes. Ni cortas ni perezosas hemos acudido a conversar con ella para visibilizar su figura y difundir este espacio para que las bandas queer de la ciudad condal (y más allá) puedan acudir a grabar sus temas, maquetas y discos.
MARITXU: Hola Mer, ¿cómo estás? ¡Al fin te tenemos por aquí!
MER: Un placer estar por fin en Uterzine, tenía muchas ganas de esta entrevista y formar parte de este proyecto tan necesario. Soy Mer y mi vida es la música. Me dedico profesionalmente a la composición de bandas sonoras y a la producción musical como técnica de estudio, además toco en varias bandas y soy otra punki m4r1c0n4 con ganas de gritar en un escenario y aporrear un bajo (o en el futuro una guitarra… se vienen cositas). En fin, tengo un recorrido que ya suma muchos años en esto de la música y el sonido y tengo infinitas ganas de seguir profundizando en estos mundos tan inabarcables.
MARITXU: ¿Por qué la música? ¿Por qué el sonido? ¿Por qué la composición? ¿Por qué las bandas? ¿Por qué PVNK?
MER: Sinceramente, todo aquel que se dedique como yo en cuerpo y alma a la música es por algo visceral. Es gente intensa, en el buen sentido de la palabra, que persigue la emoción. A veces pienso que somos un poco 1mbécil3s porque al final simplemente nos dejamos llevar por el éxtasis en vez de racionalizar las cosas. Quien sabe, quizás si hubiera usado la razón cuando tocaba ahora sería una ingeniera o arquitecta… pero no me sentiría tan plena. Para mí la música es algo que toca puntos tan profundos que puedo notar físicamente su recorrido por mi cuerpo, cómo remueve mi interior hasta la coronilla, cómo me acompaña un cosquilleo en la barriga, cómo siento lo más parecido a la elevación divina mientras pasa un mundo de emociones por mi cabeza. Es maravilloso. No soy capaz de racionalizar todo eso, por tanto, no hay otra cosa a la que pueda dedicarme que no sea la música.
Más adelante descubrí el campo de la Sonología y se abrió un mundo nuevo ante mí, es uno de los ámbitos más creativos por los que me he movido nunca y absolutamente inabarcable. Explota el lado más friki que hay en mi interior y saca un poco a la ingeniera que llevo dentro. Además, es esencial en el proceso de creación musical ya que un tipo de sonido define a un artista e incluso a un género, o una época, y poder dedicarme a ello es muy satisfactorio. Al final, no deja de ser el proceso de materialización de la música.
En cuanto a las bandas y el punk la respuesta es clara: pura diversión. No hay nada más divertido que tocar instrumentos con gente y si encima puedes hacer la mamarracha y cagarte en d10s pues mucho mejor. Aun así, no solo he estado en bandas de punk y tampoco me cierro las puertas a explorar otros estilos musicales.
MARITXU: A finales del año pasado te encargaste de la grabación, la mezcla y la masterización del primer álbum de la banda barcelonesa TETAS FRÍAS, ¿cómo fue el proceso?
MER: Fue una oportunidad increíble saltar al mundo laboral después de los estudios y encontrarme trabajando en un proyecto maravilloso con mis amigas. El proceso fue duro, ya que íbamos a contrarreloj, pero al mismo tiempo disfrutamos mucho de todas sus etapas.
Con cada tema, investigamos qué producción sonora le encajaba, grabábamos en orden bajo, guitarras, voces y sintes, y por último, hacía la mezcla para pulir el resultado. Me llevo una experiencia increíble, un currículo bastante bueno y nuevas amistades.
MARITXU: Tetas Frías contaron con una ayuda del Programa «Suport a la Creació» de Paral·lel 62, pero muchas otras bandas se quedan sin poder grabar sus trabajos porque no tienen conocimientos técnicos, recursos materiales, contactos cercanos que les echen un cable o información sobre posibles apoyos económicos. Además, es un proceso que después implica invertir en una edición de un formato físico si no quieres que tus canciones se queden olvidadas en la nube de Internet… ¿Qué te opinas de la complejidad de este tema? ¿Crees que esta brecha se incentiva más en las agrupaciones no mixtas?
MER: Creo que es un proceso no solo complicado, sino que requiere de bastante dinero. Por ello, muchas bandas tardan hasta años en sacar un EP o un álbum de estudio. Otras bandas prefieren una grabación más kostra pero eso implica estar en contacto con conocimientos técnicos y materiales aunque sean de gama baja. Me gusta ver cómo cada vez hay más becas y concursos, su problema es que a veces los estándares son muy difíciles de cumplir o están promovidas por entidades que son contrarias a los valores de la banda.
Mi recomendación y experiencia es tener paciencia y confiar en la autogestión de una banda, ir aprendiendo conjuntamente los entresijos de este proceso de producción y no dejar de dar bolos.
En cuanto a las agrupaciones no mixtas puedo decir una cosa positiva y otra negativa. La positiva son todas las iniciativas que surgen por la ciudad de promover eventos de agrupaciones no mixtas que al final son un gran beneficio tanto económico como para difusión de la música. Muchos festivales tienen políticas de paridad de género en sus line-ups y haciendo un poco de ruido, el salto a estos festivales puede no ser tan complicado para una banda no mixta.
Sin embargo, a la hora de entrar en el estudio, en discográficas y en contacto con productores, se topan con un mundo hipermasculino donde encontrar una productora es como buscar una aguja en un pajar. Muchas hemos sufrido el mansplaining [explicación paternalista de un hombre cis] en todo su esplendor, el menosprecio y la ridiculización de nuestro arte y encontrar una persona en este campo con la que trabajar a gusto es tarea complicada. Ya ni hablemos de identidades no normativas.
Es por ello por lo que surge una iniciativa que estoy promoviendo junto a amigas productoras. Se trata de un colectivo de productoras y técnicas de sonido no mixto (flinta) llamado La Jabalina.
MARITXU: ¿Cómo ha surgido este proyecto en la ciudad condal y cuál es vuestra filosofía?
MER: La Jabalina es un colectivo de productoras no mixto (flinta) encargado de crear y gestionar el estudio de grabación del Casal de Joves de Can Ricart. Por ahora de manera más activa lo conformamos Paola Licari y yo.
Nuestra intención es hacer un estudio de grabación asequible para todas las bandas de jóvenes y gente sin muchos recursos económicos para que puedan grabar sus temas. Al no tener nosotras materiales de alta gama y al ser dentro de un casal autogestionado, el único precio es el servicio de la productora que sí es una profesional en el campo.
La importancia de tener un espacio autogestionado a precios populares como es Can Ricart es esencial para nuestro proyecto y además nos motiva mucho la idea de que sea un punto neurálgico del punk en Barcelona. Al final, el audio es una forma de hacer que tu música se difunda y perdure en el tiempo y es un trabajo muy bonito el poder hacerlo posible dentro de unas lógicas punkis y anticapitalistas.
MARITXU: Además de ser música y técnica de sonido, has estudiado formalmente composición de bandas sonoras. ¿Cómo es crear música clásica, componer por escrito en partituras y dirigir a una orquesta? ¿La dirección de orquesta es una carrera completamente diferente a composición para conseguir que lo que aparece en pantalla esté acompañado sonoramente?
MER: Desde pequeña he estudiado piano clásico así que llevo en contacto con la música clásica y con la lectura de partituras mucho tiempo. Creo que es un universo con connotaciones muy negativas que no se merece. Es cierto que no es música popular sino más bien academicista, pero se pueden encontrar rincones de absoluto placer e inspiración.
Después de graduarme en Comunicación Audiovisual, decidí juntar mi amor por el cine con mi pasión por la música y entré en el Máster de Composición para Bandas Sonoras y música para medios audiovisuales de la ESMUC. He trabajado, disfrutado y aprendido mucho estos dos últimos años a crear siguiendo las lógicas de la composición clásica y también he experimentado cómo un mundo se abría ante mí.
La ventaja con la contaba eran mis conocimientos en DAW’s y tecnología musical. Sin embargo, enfrentarme a la orquestación ha sido todo un reto superado con éxito. He descubierto con la composición el campo concreto que más disfruto de la música. Trabajar con imagen tiene limitaciones, pero también hacer que tu música se sienta parte de algo más grande. La imagen marca lo esencial para una composición: el concepto.
Hoy en día cuento con bastantes trabajos en cortos y proyectos que conforman mi portfolio y con la experiencia de haber grabado composiciones con la Orquesta Sinfónica de Bratislava como parte de mi Proyecto Final de Máster.
MARITXU: Combinas esta faceta tan profesional con otra más punki. Háblanos ahora sobre tus bandas: Las Moskito, Mis Amigas Fuman Todas, Bragas Ponte… y lo que significan o han significado para ti.
MER: Las bandas son el espacio donde más libre me siento para crear música. Es donde más disfruto y donde más exploto mi creatividad. Llevo teniendo bandas desde los dieciocho años, empezando por Submarine Sandwich, un proyecto por el cual estoy enganchada a tener bandas. Duró varios años y contamos con un álbum de estudio. Con ellos aprendí a tener una banda y cogí muchísima experiencia en escenarios. Hoy en día son de mis mejores amigos y el cariño que le tenemos a ese proyecto es infinito.
Más adelante vinieron Las Moskito, que surgieron del aburrimiento en época de pandemia. La guitarrista y la batería son mis amigas de toda la vida y la propuesta es hacer el mamarracho en un escenario y decir lo que se nos pase por la cabeza.
Cuando me mudé a Barcelona tenía ganas de tener una banda y conocí a Shei y más adelante a Eva para formar Mis amigas fuman todas, el proyecto más satisfactorio y completo que he tenido hasta la fecha. Aunque no todo resultó ser tan satisfactorio para todas y acabamos rompiendo a principios del verano pasado.
Entre medias de estos que considero mis proyectos, he participado en otras bandas como músicx y para ganar algo de dinero tocando el bajo como fueron Cabareteras Rockeras o Chicxs Rosas. Hoy en día, toco con Bragas Ponte, una banda que acaba de empezar a dar bolos en el circuito de punk de Barcelona y que promete ser uno de los referentes musicales.
MER: ¿Qué planes tienes para el futuro, qué te apetece hacer este 2024?
MER: Para este 2024 me gustaría sacar adelante el estudio con La Jabalina, continuar realizando un portfolio de compositora para bandas sonoras y nunca dejar de tocar y de formarme.
Además estoy trabajando en un proyecto personal que supone mi primer trabajo en solitario: Sabandija Mala Muerte.
MARITXU: ¡Muchas gracias por contarnos tantas cosas interesantes!
MER: Muchas gracias Maritxu por tenerme en este maravilloso proyecto de difusión alternativo y por tanto apoyo y amor a mis proyectos. ¡Espero colaborar más en un futuro, de momento seguiré aporreando un bajo y pegando gritos encima de un escenario!
¡Larga vida a Mer y La Jabalina! Cuéntanos, ¿conoces más estudios de grabación populares organizados por peña FLINTA en el estado español? Recuerda que, si te gusta lo que hacemos y quieres que continuemos currándonos contenido punk y feminista, puedes invitarnos a un té o apoyar nuestras ediciones en nuestra tienda online o Bandcamp.
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